¡J... que setentera! Así surgió el nombre de esta rectoral cuando entré en la cocina... una casa lujosa y enorme para un hombre sin hijos (pero con criada y sobrinos, como nos tienen acostumbrados los curas...). Una fusión de casa rústica con reformas posteriores que te trasladan de los años 20 a los 80 con sólo cruzar una puerta...
La primera estancia que encontramos, aparte de las cuadras, es la zona más antigua de la casa, con lareira y un horno de piedra. El resto de la casa fue reformada, cubriéndose la piedra (antes era cosa de ricos, ahora todo el mundo está picando paredes para volver a dejar la piedra a la vista).
Extraños adornos: una especie de amuleto (o qué sé yo) colgado de la puerta, hecho con vértebras y otro objeto que me recuerda a las velas de un barco elaboradas con vieiras, ¿quizá una antigua manualidad?
Cruzamos la puerta y viajamos en el tiempo 50 años...
Seguimos hacia las habitaciones aunque el suelo no es de fiar...
En un pequeño trastero a un lado del pasillo que no se reformó...
Botas de mujer en la casa del cura.
El baño...
¡Yo creo que ya está seca!
Algunos objetos de la Iglesia
Volvemos y pasamos por la cuadra o bodega que, en algún momento de su historia, comunicó con la casa a través de unas escaleras interiores que hoy no llevan a ninguna parte...
Una vez más alucino con que este tipo de casas con ese tipo de objetos no estén más protegidas.
Brutal Noelia!!! haces buenos trabajos y con ellos haces que tu blog tenga una buena calidad además e regularidad,,,,,, felicidades!!!
ResponderEliminarY esos escritos viejos en la estantería??? ,,,geniales!!
Un saludo
Jordi Vall
Mil gracias, Jordi, por tus palabras y tu visita, siempre bienvenida, un abrazo grande!
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